En enero y febrero de 2026, la Asociación de cine Vértigo presenta en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria — Fundación La Caja de Canarias — el ciclo «Gene Tierney. Mucho más que una belleza exótica», dedicado a la célebre intérprete estadounidense, una de las presencias más fascinantes del Hollywood clásico y descrita por Darryl F. Zanuck, fundador de 20th Century Fox, como “incuestionablemente la mujer más bella de la historia del cine”.
A través de varios de sus títulos más emblemáticos, la programación invita a redescubrir a una actriz que trascendió el mito de la belleza para consolidarse como un icono de modernidad, misterio y sensibilidad en la gran pantalla.
Las películas y sus fechas de proyección, a las 18:30 horas y con acceso gratuito, son:
Los títulos y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada gratuita, son:
“Laura”, de Otto Preminger, 1944. (Lunes 19 de enero)
“Que el cielo la juzgue”, de John M. Stahl, 1945. (Lunes 26 de enero)
“El Castillo de Dragonwyck”, de Joseph L. Mankiewicz, 1946. (Lunes 2 de febrero)
“El filo de la navaja”, de Edmund Goulding, 1946. (Lunes 9 de febrero)
“El fantasma y la señora Muir”, de Joseph L. Mankiewicz, 1947. (Lunes 26 de febrero)
Consulta o descarga el folleto: [pdf]
Fotografía promocional de la actriz Gene Tierney (principios de la década de 1940)
Gene Tierney
Mucho más que una belleza exótica
Gracias a una fotogenia singular y extravagante, con ciertas reminiscencias exóticas, Gene Tierney consiguió papeles de mestiza (o de asiática) en historias que transcurrían en contextos más o menos “orientalizados”, pero también la encasillaron en un rol del que nunca consiguió desprenderse del todo ni obtener todo su potencial interpretativo. A riesgo de simplificar en exceso, podría decirse que nunca obtuvo su mejor versión a través de esos papeles “exóticos”.
Su mejor versión, la de una actriz con un amplio espectro de registros, sería consecuencia directa de su camaleónica capacidad de adaptación a distintos géneros (desde el wéstern al cine negro, pasando por el melodrama o la película de época), así como la explotación de diversos estilos interpretativos, desde la perfecta y fiel compañera sentimental, hasta la femme fatale capaz de convertir los sueños en pesadillas.
De este buen hacer delante de la pantalla habla el hecho de que trabajó con los directores más reputados del momento, desde John Ford o Fritz Lang hasta Ernst Lubitch o Joseph von Stenberg; e incluso con otros directores no tan reputados, pero con mucho oficio, como Delmer Daves, Edward Dmytryk o Nunally Johnson. Puede que nunca llegase a tener el carisma o la popularidad de otras actrices de su generación (Olivia de Havilland, Anne Baxter, Jean Fontaine), pero poco a poco fue consolidando una trayectoria envidiable.
Dana Andrews frente al retrato pintado de «Laura» (Gene Tierney)
Su carrera se consolidaría en apenas tres años, entre 1942 y 1947, los más interesantes y productivos de su carrera, en los que Tierney encabalgó una serie de títulos que la consolidarían como una intérprete versátil (El castillo de Drawonwick), con elección de papeles arriesgados (El filo de la navaja), en ocasiones nada complacientes (Que el cielo la juzgue), y más allá del exotismo estereotipado de su belleza (El fantasma y la señora Muir). La presente muestra incluye estos títulos imprescindibles en su carrera, acompañados de su emblemática interpretación en la cinta de Otto Preminguer (Laura), que consiguió catapultarla a la fama.
Muy condicionada por problemas de salud, desde finales de la década de los 40 en adelante, las intervenciones de Gene Tierney en la gran pantalla fueron cada vez más espaciadas y escasas, hasta que fue relegada al ostracismo dentro del caprichoso microcosmos de Hollywood. Esta muestra de películas trata de rescatar de ese injusto e inmerecido olvido a una actriz que siempre fue mucho más que una belleza exótica.
Gene Tierney y Rex Harrison en «El fantasma y la señora Muir»

