23ª Semana de cine japonés
Cartel, diseñado por José Manuel Ramírez
La Semana de cine japonés es la actividad de divulgación de la cultura japonesa más asentada en Las Palmas de Gran Canaria. En este año gira en torno al tema «TÔHÔ: El crepúsculo de los dioses. Volumen 3».
La 23ª edición de la Semana de cine japonés de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta, un año más, con la colaboración de la Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, donde se celebrará entre el 21 y el 25 de julio de 2025.
Las proyecciones, de carácter gratuito, tendrán lugar, de lunes a viernes, a las 19:30 horas. Como en anteriores ediciones, Aythami Ramos, crítico cinematográfico, escritor y Máster Universitario en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona – Universitat Politécnica de Catalunya, será el encargado de presentar cada película y, el lunes, a las 18:00 h., impartirá la conferencia «Caballos desbocados. Los años salvajes de [Shin]Tôhô».
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El imperio del sol
El proceso de sonorización que emprendió la industria del cine en Japón a principios de los años treinta propició el surgimiento de nuevas empresas dispuestas a competir en un mercado dominado por las majors, Nikkatsu y Shôchiku. Algunas, como P.C.L. o J.O., no eran, de hecho, auténticas productoras, sino laboratorios independientes especializados en servicios de grabación y posproducción para los grandes estudios, que más tarde apostaron por diversificar su actividad rodando películas musicales y de contenido publicitario. Fue entonces cuando el magnate Ichizô Kobayashi, movido por la necesidad de satisfacer la demanda de entretenimiento generada por sus propias inversiones inmobiliarias a lo largo de la línea férrea Hankyû, tomó el control de ambas compañías para integrarlas en un plan estratégico de distribución y exhibición que culminó en la fundación de Tôhô en 1937.
Muy pronto, el sistema de producción diseñado por el jefe del estudio, Iwao Mori, sobresalió por sus métodos de contratación de profesionales formados en otras compañías y por un modelo organizativo de estilo hollywoodiense que situaba al productor por encima de intérpretes y directores. Con Nikkatsu en trance de desaparecer, ni siquiera el boicot de Shôchiku pudo impedir que la estrella de Tôhô resplandeciese por encima de sus rivales, en gran medida a causa de su afinidad con las políticas propagandísticas del gobierno Shôwa, hasta que las convulsas luchas sindicales de la inmediata posguerra dividieron a la compañía en 1947. La “nueva” Shin-Tôhô, nacida del cisma, tuvo una vida breve pero fulgurante, con una primera etapa de grandes ambiciones artísticas y una segunda centrada en la explotación de películas fantásticas y de ciencia ficción de bajo presupuesto. Entretanto, Tôhô recuperó su vigor con géneros populares como las comedias de salaryman y las series kaijû eiga [cine de monstruos], al tiempo que edificaba su prestigio sobre el ímpetu creativo de Akira Kurosawa e Ishirô Honda y el savoir-faire de Hiroshi Inagaki y Mikio Naruse.
Anticipándose al auge de la televisión, en 1957 adquirió el formato de pantalla ancha Tôhô-Scope y el sistema de sonido direccional Perspecta, inundando las salas de cine con fastuosas superproducciones colmadas de imágenes deslumbrantes y repartos estelares. Pero la crisis fue inevitable, y a principios de los setenta la compañía tuvo que reorganizarse en un conglomerado de filiales para asegurar su supervivencia. El imperio del sol declinó, sólo para seguir brillando con luz propia en el horizonte del nuevo milenio.
Aythami Ramos