21ª Semana de cine japonés

Cartel, diseñado por José Manuel Ramírez

La Semana de cine japonés es la actividad de divulgación de la cultura japonesa más asentada en Las Palmas de Gran Canaria. En este año gira en torno al tema ‘NIKKATSU: El crepúsculo de los dioses. Volumen 1’.

La 21ª edición de la Semana de cine japonés de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta, un año más, con la colaboración de la Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, donde se celebrará entre el 24 y el 28 de julio de 2023, y el apoyo de la Fundación Japón.

Las proyecciones, de carácter gratuito, tendrán lugar, de lunes a viernes, a las 19:30 horas. Como en anteriores ediciones, Aythami Ramos, crítico cinematográfico, escritor y Máster Universitario en Teoría e Historia de la Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona – Universitat Politécnica de Catalunya, será el encargado de presentar cada película y, el lunes impartirá la conferencia «La corrupción de un ángel: ascenso y caída de la Nikkatsu».

Para más información consulta o descarga el Programa completo: [pdf]

“Cuando el industrial Katsutarō Inabata aceptó traspasar los derechos de explotación en Japón del invento que su viejo compañero de estudios, Auguste Lumière, había creado junto a su hermano Louis en la lejana Lyon, pocos podían sospechar que el beneficiario de tan “ruinoso” contrato acabaría siendo el promotor de la primera de las cinco grandes compañías cinematográficas niponas. La naciente Historia del cine en aquel país quedaba, de ese modo, indisolublemente unida al nombre de Einosuke Yokota, y por extensión, al de su obra capital: la Nippon Katsudō Shashin Kabushiki-kaisha, más conocida por el apócope comercial de Nikkatsu.

Bajo la presidencia de Yokota, Nikkatsu impulsó un modelo de producción y exhibición masiva de películas de género kyu-ha y shin-pa que contaría con la primera gran estrella nipona, Matsunosuke Onoe, como principal reclamo. Y aunque su propósito de monopolizar el mercado japonés mediante el control del circuito de salas no acabó de fructificar, sí logró hacer frente a sus homólogas extranjeras llegando, incluso, a superar sus números de recaudación en los años previos a la II Guerra Mundial.

Tras el inicio de la contienda, el gobierno militar promovió la reconversión de la industria cinematográfica para servir a sus intereses propagandistas, y la gran productora acabó diluyéndose junto a otras empresas menores en la nueva Daiei. Pero Nikkatsu había logrado conservar en aquella fusión sus derechos de explotación de las salas, y en 1954 pudo reanudar su actividad gracias a los beneficios que le reportó la exhibición de películas hollywoodienses durante la Ocupación. Con Yujirō Ishihara como nueva estrella en alza, el estudio regresó a la senda del éxito produciendo películas de temática taiyōzoku [juventud rebelde], cuya factura acabó derivando en la formalización del mokokuseki akushun o “cine de acción sin límites” que se constituiría en sello de identidad de la compañía en los años 60.

Aquella era de prosperidad, sin embargo, no duraría demasiado. La caída de ingresos que siguió a la implantación masiva de la televisión en los hogares japoneses abocó a toda la industria cinematográfica nipona a su desaparición, y la vieja major tuvo que sobrevivir apostando por la producción de películas eróticas roman porno hasta bien entrada la década los 80. Para entonces, el nombre de Nikkatsu no era más que un leve recuerdo del pasado. Un triste vestigio de los años de esplendor y catástrofe del sistema de estudios.”

Aythami Ramos