Cambio de año "en la carretera"

La Asociación de cine Vértigo organiza entre diciembre de 2023 y enero de 2024, en el CICCA de Las Palmas de Gran Canaria, Fundación La Caja de Canarias, el ciclo “En la carretera”, un recorrido por el asfalto cinematográfico, con una selección de inolvidables “road-movies” .

Los títulos y sus fechas de proyección, en horario de 18:30 horas y con entrada gratuita, son:

  • Los viajes de Sullivan”, de Preston Sturges, 1941. (Lunes 4 de diciembre)

  • Fuga sin fin”, de Richard Fleischer, 1971. (Lunes 11 de diciembre)

  • Punto límite: cero”, de Richard C. Sarafian, 1971. (Lunes 18 de diciembre)

  • Luna de papel”, de Peter Bogdanovich, 1973. (Lunes 8 de enero)

  • Loca evasión”, de Steven Spielberg, 1974. (Lunes 15 de enero)

  • Huida a medianoche”, de Martin Brest, 1988. (Lunes 22 de enero)

  • Pequeña Miss Sunshine”, de Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006. (Lunes 29 de enero)

Consulta o descarga el folleto: [pdf]

Michael Sacks, Goldie Hawn y William Atherton en “Loca evasión” (1974) de Steven Spielberg

La "road movie", junto al Western, representa la quintaesencia de lo norteamericano, hasta el punto de poderlo considerar un derivado, o un híbrido, de éste, emparentado directamente también con el cine de aventuras, en su variante de viajes.

En este contexto de carreteras y espacios abiertos, este género explora la libertad que representa el viaje, la búsqueda interior o de autoconocimiento (muchas veces como una huida), así como la conexión humana con el paisaje y la naturaleza. Visualmente se caracteriza por la abundancia de tomas panorámicas, de paisajes vacíos, de personajes, solitarios o no, retratados a lo largo de estos recorridos, por los encuentros episódicos y por las relaciones o familias dejadas atrás o en suspenso. En definitiva, es el género por excelencia del movimiento y del ansia de libertad.

No debemos olvidar que la "road movie" tiene su origen tras la Segunda Guerra Mundial, cuando coinciden, por un lado, el apogeo del coche (sucesor evidente del caballo), paradigma de la libertad y la autonomía de movimiento de la sociedad industrial, y, por otro, una grave crisis de sentido, originada por la alienación de la sociedad moderna surgida tras la postguerra. Por supuesto, las raíces literarias son innegables, desde el hito generacional más socorrido, En la carretera de Jack Kerouac (1957), a precedentes más complejos como Las uvas de la ira, de J. Steinbeck (1939). La carretera se convierte en sí misma en la 'nueva frontera' y el único lugar donde hoy aún es posible encontrar un atisbo de libertad y ecos de vida real.

Paradójicamente, más allá de la excusa del viaje y de la representación del espacio y del paisaje, la road movie refleja, al menos respecto a Norteamérica, que la respuesta a un problema radica en el movimiento, en la huida hacia delante. Por esta razón, por poseer unos presupuestos mínimos y ser un catalizador para la transformación y la autoexploración, resulta un género versátil, tan prolífico y a la vez tan cinematográfico, que sus premisas combinan con las de cualquier otro: comedia (Dos en la carretera, 1967), policíaco (Bonnie and Clyde, 1967), drama (The rain people, 1969), hitos feministas (Wanda, 1970) o el mismo cine de acción (Mad Max, 1979).

Icónica carrera hacia la destartalada furgoneta en “Pequeña Miss Sunshine” (2006)

No obstante, dos fenómenos cinematográficos destacan poderosamente y conforman el universo y la iconografía de la 'película de carretera' por antonomasia. Por un lado, la sucesión de films que a principios de los 70 apostaron por la carretera como el lugar de la contracultura, la crítica al 'sueño americano' y la consagración del outsider y el anti-héroe, compuesta por: Easy rider (1969), Zabriskie point (1970), Vanishing point (1971), Two lane blacktop (1971) o Electra glide in blue (1973). Por otro, su popularidad dentro del cine independiente, que lo ha adoptado como género de cabecera, quizás por sus posibilidades de expresión artística, de retrato de personajes marginales y de una época, de relato episódico de experiencia e iniciación, de situaciones y temas tabú y de la búsqueda de pertenencia, por encima de la trama, como en Extraños en el paraíso y París, Texas (1984), o My own private Idaho (1991) y Una historia verdadera (1999) o, recientemente, Nebraska (2013) y Nomadland (2020).

Finalmente, la "road movie" ha desbordado las barreras geográficas y culturales de los Estados Unidos y constituye un vehículo narrativo de primer orden para cineastas de los cuatro confines, que bien se apropian de su tradición, como Wim Wenders (en su trilogía con Rüdiger Vogler), o que, desde el Godard de Al final de la escapada (1960) a Abbas Kiarostami, utilizan la forma narrativa del movimiento y la exploración de la carretera como el espacio idóneo, físico y metafórico, para estudiar la condición humana y la búsqueda de significado y/o de identidad individual o colectiva.