K’ULUB’ÏK (La ceremonia)
Guatemala, 2020. 18 min.
Dirección: Julio Apopa.
Guion: Rosendo Yuman.
Música: Kevin G. Mendoza.
Fotografía: Julio Apopa (C).
Montaje: Julio Apopa.
Intérpretes: Justo Álvaro Lorenzo, Lucrecia Petet, Paola Lorenzo.
Sinopsis: En los años 90. En Santa María de Jesús, vive Vicente, arrogante, quien perteneció a las patrullas de Autodefensa Civil de Guatemala y que busca a toda costa casar a su hijo con Marta, hija de su amigo Juan, quien falleció en enfrentamientos con la guerrilla.
Reconocimientos:
Mejor cortometraje centroamericano en el Festival Internacional de cine Icaro
Selección en el Native American Film Festival
Selección en el Festival cine pobre Panalandia
O SILÊNCIO DO CÉU (ERA EL CIELO)
Brasil, 2016. 102 min.
Dirección: Marco Dutra.
Guion: Sergio Bizzio, Caetano Gotardo, Lucía Puenzo. Novela: Sergio Bizzio.
Música: Guilherme Garbato, Gustavo Garbato.
Fotografía: Pedro Luque (C).
Montaje: Eduardo Aquino.
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Carolina Dieckmann, Chino Darín, Álvaro Armand Ugon, Mirella Pascual, Roberto Suárez, Paula Cohen, Dylan Cortes, Priscila Bellora, Marco Dutra.
Sinopsis: Después de ser violada por dos extraños dentro de su propia casa, Diana decide mantener su trauma en secreto. Mario, su esposo, tiene algo que ocultar también. El silencio entre los dos se convierte en su propio tipo de violencia.
Reconocimientos:
Festival de Cine latinoamericano de Huelva. Premio a Mejor actor
Ranking puesto 63 en Mejores películas brasileñas de todos los tiempos
Premio Guaraní. Premio a Mejor guion adaptado
Gramado Film Festival. Premio Golden Kikito a Mejor sonido, Mejor dirección, y Premio Especial del Jurado
Asociación de críticos de cine de Uruguay. Premio a mejor fotografía
Festival de Mar del Plata. Selección oficial
“Relato de una mente obsesionada, que oscila entre la culpa, la sospecha y el deseo de venganza. (...) Lo que mejor hace Era el cielo es sostener la tensión sorda de lo no dicho”
“Marco Dutra tiene una afinidad natural para ubicar la cámara y moverla lo justo en el momento justo, revelando de a poco los confines de un espacio tenso y opresivo. La cámara crea múltiples subjetivas que sugieren la complicidad de un mundo tan cómplice como Mario, pero cruelmente indiferente de su calvario”
“Este thriller psicológico apuesta por un tono cada vez más pesadillesco y ominoso, en un auténtico descenso a los infiernos personales. Una película seca, potente y angustiante”